domingo, 11 de noviembre de 2007

La Ley de la Analogía

Séptima parte


Así que tomad vuestra herencia, purificando poco a poco el alma y el cuerpo, llegando así a ser otra vez divinos. Dios, la fuerza eterna está más cerca de vosotros que vuestros brazos y piernas, más cerca de vuestra respiración. La fuerza eterna está en cada partícula de vuestra alma, en cada célula de vuestro cuerpo. El que se orienta hacia la fuerza eterna llegará realmente a liberarse del ego inferior, de tendencias e inclinaciones que vibran en este mundo y en los mundos astrales.

Queridos amigos, Dios, la luz eterna, el amor eterno en Cristo, os regala un don maravilloso, la ley de la analogía.

Ya ahora podéis investigar vuestras causas, observandoos a vosotros mismos. Si estáis excitados, cuando vuestro prójimo os dice algo que quizás sea incómodo para vosotros, entonces reconoceos a vosotros mismos, no digáis que es el prójimo, si no decid: soy yo. Mi hermano o mi hermana sólo me dio el impulso para reconocerme a mí mismo. El que se sirve de la ley de la analogía tiene en verdad la llave en la mano. Él también siente que cada enfermedad o malestar no es otra cosa que una causa que ha llegado a su efecto. Y todo lo que está vivo dentro de vosotros y todavía no está activo, es la ley de la analogía.
Continúa...

No hay comentarios: